sábado, 15 de agosto de 2015

( ( vερό ) )

¡Oídos a las voces del agua!


Es una composición sonora realizada en vivo a partir de grabaciones de campo de fuentes hídricas de la ciudad de Cartagena y el uso del agua in situ. A través de ella se realiza una exploración del agua como objeto sonoro que tiene como fin generar una experiencia de escucha diferente en los oyentes.

Durante el proceso de creación se realizaron los prototipos de hidrófonos y micrófonos de contacto, y las primeras pruebas de campo en las playas de Marbella, en la Laguna de Chambacú y en la Laguna de las Quintas. A partir de las primeras pruebas se mejoraron los prototipos, gracias a lo cual se llevó a cabo una segunda grabación de campo obteniendo mejores resultados.

Paralelo a lo anterior, se pusieron a prueba los hidrófonos con agua cayendo en forma de gotas, hirviendo, congelada, carbonatada y en estado normal, lo que permitió la exploración de sus sonoridades. Con base al reconocimiento de estas se avanzó en el proceso de composición, realizando ensayos donde se estableció un diálogo entre los paisajes sonoros de las fuentes hídricas de la ciudad con las sonoridades del agua en diferentes estados, la voz proyectada en el agua y el uso de ciertos objetos que interactuaron con el agua en estado normal, contribuyendo a la exploración de este elemento como objeto e instrumento sonoro.

Esta obra se dio a conocer en el marco del 15 Salón Regional de Artistas del Caribe: Pictografonía. Barranquilla, 2015.


viernes, 12 de junio de 2015

Socialización y Sesión de Escucha de: 

(((Artesanías Sonoras_Mambisónicas)))



En las instalaciones de la Casa Colombo Alemana (Centro Histórico, Calle Estanco del Aguardiente #5-31) a las 4:00 p.m. El colectivo Octavo Plástico estará socializando el proyecto de creación in situ ejecutado en el marco de la 12 Bienal de La Habana en Cuba. 

Entrada Libre


El evento tendrá entrada libre y también podrá ser visualizado via streaming desde las 4:00 p.m en esta misma página.




miércoles, 3 de junio de 2015


A nuestras amistades y demás contactos, les informamos que la actividad programada para el día de hoy no se pudo llevar a cabo por cambios en la disponibilidad del lugar que teníamos reservado. Ofrecemos disculpas, y próximamente estaremos dando las coordenadas para nuestro encuentro.

martes, 2 de junio de 2015

Paisajes Sonoros de La Habana, Cuba

Serie de paisajes sonoros grabados por el Colectivo Octavo Plástico durante el proyecto (((Artesanías Sonoras_Mambisónica))), en el marco de la 12 Bienal de la Habana, 2015.


jueves, 28 de mayo de 2015

( ( ( ARTESANÍAS SONORAS_MAMBISÓNICA ) ) )





El proyecto (((ARTESANÍAS SONORAS_MAMBISÓNICA))) en el contexto de La Habana, gira bajo la figura del trabajo comunitario basado en un cruce e intercambio de saberes, charlas, risas, música y visiones del mundo, entre un grupo de artesanos, artistas, modistas, luthiers del Municipio Arroyo Naranjo y el Colectivo Octavo Plástico, en el que la artesanía y las prácticas artísticas direccionadas al tema del sonido se encuentran para llevar a cabo un proceso de creación, en el que a la vez surgieron lazos de complicidad y se compartió conocimiento e información acerca de la escucha, el paisaje sonoro, el espacio público y la artesanía pensada bajo el enfoque del arte sonoro.

Tras la creación de las artesanías se lleva a cabo su instalación de carácter efímero en espacio público, donde el transeúnte interactúa con las piezas y activa los objetos con el que se interviene el paisaje sonoro del lugar. La instalación se realizó en el parque a las afueras de la Casa de Cultura Municipal Justo Vega en Arroyo Naranjo, bajo la figura de las “peñas”, es decir de los encuentros comunitarios, en el que participaron personas de todas las edades.

Estas instalaciones efímeras, que varían según las condiciones cambiantes que caracterizan el día a día en el espacio público, tienen como fin reflexionar y propiciar otras lecturas acerca del propio concepto de artesanía, el entorno sonoro y la apropiación de lugares que suelen ser entendidos como sitios de paso. Busca generar un factor sorpresa en torno a la escucha ampliada, al paisaje sonoro que se altera con la amplificación análoga de la voz y la activación de objetos inusuales en un espacio determinado, y también busca propiciar otras formas de pensar el sonido, como a través de imágenes que remitan a un evento sonoro o la lectura en voz alta de onomatopeyas que sólo proponen la exploración estética de la voz en el espacio.

Como testigo sonoro del proceso, en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales se encuentra instalado un humidor de tabaco, el cual funciona como estación donde se reproduce una composición sonora realizada con los sonidos capturados.


Co-autoría: Ulises Morales la Madrid, Janier Vargas, Esteban Donate, Hilario Hernández, Manuel Brito, Raisa Fernández, Matilde Neninger, Lucía Almas, Elsa López, Osvaldo Llins, Guillermo Moreno.

Agradecimientos especiales a: Ibis Hernández, Doña Montesino (La abuela), Doña Isabel, María Regla, Miguel Ángel (El mama gallo), Alberto Machín, Sandra, Marina y a la familia Vargas.

Con el apoyo de: Cancillería de Colombia en Cuba, Ministerio de Cultura de Colombia a través de las Becas de Circulación nacional e internacional para artistas y demás agentes de las artes visuales, Institución Universitaria de Bellas Artes y Ciencias de Bolívar, Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena y Corporación Cultural Cabildo.

Obra presentada en la 12 Bienal de La Habana: Entre la idea y la experiencia.


viernes, 3 de abril de 2015

Introducción al taller de paisajismo sonoro, escucha y fonografía

Novedad 2, por Lebarón

El arte sonoro se puede entender como una práctica artística en la que el sonido es el eje y el material sobre el cual se trabaja. Esta disciplina desdibuja la frontera entre las artes plásticas y las musicales, constituyéndose como una práctica interdisciplinar que abarca temáticas que van desde la acústica y la psicoacústica, hasta la tecnología, pasando por la poesía (ethnopoetics, sound poetry, voz extendida) el entorno sonoro, la escultura y la exploración sonora del cuerpo como instrumento. En este contexto, el paisaje sonoro, la escucha y la fonografía son algunos elementos fundamentales dentro del quehacer del artista sonoro.

El ambiente sonoro de un lugar suele vivir cambios con el transcurrir del tiempo, hay sonidos que se reconocen como huellas o característicos de un espacio gracias a la frecuencia con la que se producen, hay sonidos que desaparecen y otros que surgen. Estamos inmersos en un universo sonoro que agrupa los sonidos de la naturaleza, los generados por las máquinas y los aparatos tecnológicos, y aquellos producidos por la actividad humana. Así mismo hay sonidos que traspasan el umbral de audición humano y son inaudibles. Gracias al oír, la escucha, la reflexión que surge tras el acto de escuchar, la experiencia cotidiana y el conocimiento, el ser humano le ha asignado a estos sonidos significados, valores y signos con los que se organizan y se asocian de acuerdo a nuestra percepción, memoria e imaginario cultural.

Éste conjunto de sonidos que componen el paisaje sonoro han sido materia de estudio para diferentes artistas e investigadores, quienes lo abordan desde diversos puntos de vista, no sólo desde el estético sino también desde la ecología y la sociología. Dentro de esos investigadores se destaca Raymond Murray Schafer, compositor y educador canadiense, quien a partir de su proyecto World Soundscape Project sentó las bases de lo que él llamó el «Soundscape» (Paisaje Sonoro), del que han surgido múltiples estudios que reflexionan sobre la importancia del sonido en el campo pedagógico, social, ecológico, estético, cultural y musical.

Sin duda, el World Soundscape Project, el desarrollo del paisajismo sonoro e incluso de la música (y otras disciplinas que involucran la voz), no sería posible si no surge la necesidad de fijar y estabilizar un sonido, lo que dio origen al desarrollo de dispositivos y soportes para grabarlo, transportarlo y transformarlo; como sucedió con la invención del fonógrafo (1877) y el posterior desarrollo de otros dispositivos análogicos y digitales.

Sin embargo, ante la naturaleza efímera del sonido, previo a la existencia del fonógrafo, se emplearon otras formas de memorización basadas en los recursos del lenguaje, en las transmisiones orales (dichos, mitos, etc.), y en las posteriores crónicas, descripciones literarias y científicas que hicieron de estos escritores una especie de testigos auditivos. Con base a esto podemos ampliar la práctica fonográfica contemporánea y retomar su significado etimológico para entenderla -también- como un elemento expresivo que se encuentra con diferentes terrenos de creación, como la literatura y el dibujo. De este modo, «escribimos» y «frotamos» el sonido para luego reproducirlo en voz alta y observar su fijación en el papel.